Texas no es ajeno a las condiciones meteorológicas extremas: huracanes, inundaciones, incendios forestales, tornados, tormentas eléctricas, tormentas invernales y calor extremo se dan constantemente en Texas, y estos patrones meteorológicos salvajes dejan una estela de destrucción a su paso. Pueden causar enormes daños materiales, lesiones e incluso la pérdida de vidas. En términos legales, estas catástrofes naturales se denominan “actos de Dios”.
¿Qué es la defensa por caso fortuito en Texas?
Un caso fortuito se define como un suceso no causado por la negligencia de una persona, sino causado directa y exclusivamente por la violencia de la naturaleza sin intervención humana. Un caso fortuito es un acontecimiento que no podría haberse evitado con una previsión o cuidado razonables.
Esta defensa afirmativa es una variante de la teoría de defensa de accidente inevitable en Texas; se refiere a eventos en los que las lesiones ocurrirían independientemente de cualquier intervención.
La defensa por caso fortuito sólo se aplica cuando los daños fueron causados exclusivamente por la naturaleza. El requisito de exclusividad significa que la defensa no es aplicable si la intervención humana causó el incidente en cualquier grado.
Circunstancias en las que el “caso fortuito” es una defensa viable en Texas
La defensa por caso fortuito es una defensa refutable disponible en Texas. La defensa está limitada por el hecho de que los humanos hayan podido intervenir. Si un evento natural causó la lesión, la defensa funcionará. Sin embargo, si la naturaleza y la negligencia de una persona o entidad causaron la lesión, la defensa no sobrevivirá. Por ejemplo, la conducción negligente no es un acto de Dios.
Estos sucesos se consideran actos de Dios en Texas:
- Terremotos
- Tornados
- Huracanes
- Tsunamis
- Inundaciones
Circunstancias en las que el “caso fortuito” no es una defensa
Un ejemplo en el que no se aplicó esta defensa es el caso de Harrisburg & San Antonio Railway Co. v. Crie. La empresa no había mantenido adecuadamente sus vías férreas y se produjo una gran tormenta que perjudicó a los maquinistas. El tribunal determinó que el hecho de que la empresa no controlara y mantuviera su propiedad era un acto de intervención que anulaba la defensa por caso fortuito.
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